Según cómo sean las contracciones se puede valorar si el parto ha comenzado o no

El comienzo del trabajo de parto está indicado por varias señales, siendo el más destacado las contracciones regulares y cada vez más fuertes. Otros indicadores incluyen el "show" (pérdida del tapón de mucosidad), la ruptura del agua (rotura del saco amniótico) y el dolor de espalda.

Según cómo sean las contracciones se puede valorar si el parto ha comenzado o no. La frecuencia, intensidad y duración de las contracciones son parámetros que ayudan a determinar que el momento de parto ha llegado.

Cada persona es especial a la hora de parir. Algunas parturientas casi ni sienten las contracciones de parto, mientras que otras pueden estar varios días con contracciones antes de que se desencadene el parto. Lo que sí es cierto es que para que haya parto tiene que haber dilatación del cuello uterino (excluyendo la cesárea) y esto se produce gracias a las contracciones.

Contracciones:

Hacia el final del embarazo, una o dos semanas antes de parir, las contracciones de Braxton Hicks se vuelven más intensas, y pueden producirse de forma rítmica aunque no regular. Es decir, puede haber tres o cuatro contracciones con molestia e incluso a veces dolor a intervalos similares, pero intermitentes. No va aumentando su intensidad, ni su duración, ni su frecuencia.

Estas contracciones son las conocidas como contracciones preparto (o de los pródromos de parto). Son molestas, pero no son rítmicas ni regulares y su función es la de borrar y ablandar el cuello del útero previo a la dilatación. Si cambias de posición, descansas, andas o te das un baño relajante, las contracciones desaparecen o se alivian.

En cambio, las verdaderas contracciones de parto van aumentando en intensidad (entre 30 mmHg y 50 mmHg), se producen cada períodos regulares con una frecuencia de 3 a 5 contracciones cada 10 minutos. También va aumentando su duración. Cuando estás de parto, se dan al menos 2 ó 3 contracciones intensas de una duración aproximada de entre 40 y 60 segundos cada 10 minutos.

Regularidad e intensidad: Las contracciones se volverán más frecuentes, más largas y más fuertes con el tiempo. Inicialmente, pueden sentirse como calambres menstruales, pero se intensificarán.

Duración e intervalo: Tiempo las contracciones desde el comienzo de una hasta el comienzo de la siguiente. Preste atención a su longitud y a la frecuencia con la que ocurren.

Parte inferior del abdomen y espalda: Muchas personas experimentan dolor en la parte inferior del abdomen o en la parte baja de la espalda, que puede irradiarse hacia el frente.

"Apretar": Durante una contracción, el útero se tensará y el abdomen se sentirá duro. Cuando termine la contracción, la dureza se aliviará.

Otra señal que puede ayudar a identificar unas de otras es el lugar en el que se sienten las contracciones. Las falsas suelen sentirse en el bajo abdomen y en las ingles, mientras que las verdaderas comienzan en la espalda y se irradian hacia delante extendiéndose hacia la parte baja del abdomen.

Las contracciones de parto, además de ser rítmicas, progresivas e intensas, por lo general van acompañadas de otras señales que indican que ha comenzado el parto.

El “show”:

Tapón de moco: Se expulsará un tapón grueso de moco que sella el cuello uterino. Puede ser transparente, rosa o teñido de sangre.

Tiempo: Esto puede ocurrir días u horas antes de que comience el trabajo de parto.

Rompiendo el agua (fuente):

Ruptura del saco amniótico: El saco amniótico que rodea al bebé puede romperse, lo que resulta en un chorro o goteo de líquido.

Color: El líquido debe ser transparente o amarillo pálido. Si es verde o marrón, póngase en contacto con su proveedor de atención médica de inmediato.

Dolor de espalda:

Dolor persistente: Un dolor de espalda persistente, posiblemente debido a que la cabeza del bebé presiona el sacro, es otro signo.

Otras posibles señales:

Instinto de anidación: un impulso repentino de limpiar u organizar la casa.

Diarrea: Algunas personas experimentan heces sueltas a medida que se acerca el parto.

Aumento de la necesidad de orinar: La cabeza del bebé presionando la vejiga puede causar una micción más frecuente

NOTA:  Si cree que se encuentra de parto, comuníquese con su médico obstetra o partera de inmediato. 

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