La estimulación temprana se entiende como el conjunto de acciones y ejercicios, que tienen como objetivo el desarrollar las capacidades del infante (entiéndase como capacidades motoras, cognitivas y sociales). El objetivo de la estimulación temprana es ofrecer a los infantes diferentes situaciones que les permitan explorar, y desarrollar habilidades de forma natural. Hay que tener en cuenta que entre los 0-6 años es donde más conexiones neuronales existen en los infantes. Y es por esto mismo que se recomienda iniciar la estimulación infantil lo antes posible. Para esto, los ejercicios, actividades, juegos, y hasta los juguetes deben adaptarse a la edad del infante, y que estén al nivel de desarrollo del infante.
Primer Año—Durante el primer año de vida, las actividades deben estar encaminadas a potenciar los cinco sentidos, como olores suaves (olfato), canciones o hablarle (audición), juguetes que estimulen la coordinación ojo-mano (visión), masaje infantil (tacto).
Segundo Año—Esta es la etapa donde el infante crece y madura; y en donde se recomiendan actividades que le permitan progresar, como canciones infantiles, leer cuentos, juguetes que impliquen moverse.
Del Tercer al Sexto Año—Esta es la etapa de socialización, donde queremos desarrollar las habilidades sociales del infante. Se deben fomentar juegos en grupo, y fomentar actividades donde el infante pueda interactuar con otras personas (como ir al parque, reuniones familiares).
Por último, que tener en cuenta que la estimulación no se debe hacer como tarea o como obligación, ni se debe forzar al infante; sino que las actividades deben ser momentos divertidos para aprender y descubrir el mundo que les rodea, como juego, para que el infante sea más receptivo. No todos los infantes seguirán el mismo ritmo, sino que cada uno tiene un tiempo diferente. El objetivo de la estimulación temprana es mejorar las habilidades que serán fundamentales en el futuro.
Los primeros años de la infancia son muy emocionantes. La estimulación temprana tiene por objetivo aprovechar la capacidad de aprendizaje y adaptabilidad del cerebro del bebé, desde su nacimiento, de forma que podamos maximizar el potencial de nuestro bebé. Al igual que los bebés aprenden a hablar por si mismos (a base de escuchar diariamente la repetición del lenguaje), también puede adquirir toda otra serie de conocimientos mediante la repetición de estímulos o ejercicios simples dentro del juego. Sin embargo, la estimulación temprana no es simplemente una serie de ejercicios, masajes y caricias, sino que requiere un 50% de estímulo y el otro 50% requiere la manera en cómo nosotros interactuemos con nuestro bebé. La estimulación debe ser sinónimo de juego y felicidad y no una rutina. El libro “Estimulación Temprana del Bebé” ayuda a los criadores y cuidadores a aprender y entender cómo se desarrollan y cambian los infantes en la infancia temprana, creando en los criadores y cuidadores su propio enfoque para la enseñanza y crianza, de forma de crear relaciones y lazos afectivos. Disponible en https://amzn.to/3AqjqpM
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