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¿Desde qué edad los bebés pueden ir a la playa o piscina?

Updated: Jun 12


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La Academia Estadounidense de Pediatría (AAP) no tiene una recomendación de edad oficial para cuando los bebés pueden entrar en cuerpos de agua como océanos, lagos y ríos, pero la mayoría de los pediatras recomiendan esperar hasta que su bebé tenga unos 6 meses o pueda sostener bien la cabeza por sí mismo (alrededor de 4 a 5 meses).

En si, los riesgos tanto como la piscina, lagos, ríos y de la playa mayormente lo son el de no dejar a ningún infante solo en ninguno de estos cuerpos de agua sin supervisión, como también el de protegerlos del sol. Se recomienda que se espere entre los 6 y 9 meses de vida del bebé antes de presentarlo a cualquier cuerpo de agua por diferentes razones. Primero que nada, hay que tener en cuenta que el sistema de regulación de temperatura del cuerpo del bebé es inmaduro, así que hay que tener precaución de no mantenerlo por mucho tiempo metido en el agua.


Siga estos consejos de seguridad siempre que esté dentro o cerca del agua:

  • Siempre sostenga a su bebé cuando esté en el agua y permanezca donde sea lo suficientemente poco profundo como para que pueda mantener un pie firme.


  • Cuando esté en el agua con su bebé, mantenga su cabeza sobre el agua para que no trague agua. Tragar demasiada agua puede provocar enfermedades, desequilibrios electrolíticos, vómitos y diarrea.


  • Practica la "supervisión táctil". Esto significa tener un adulto que permanezca al alcance de los infantes (que pueda tocar al infante todo el tiempo) en todo momento cuando esté cerca del agua.


  • Si hay una corriente rápida o una corriente inferior, no deje que el infante se acerque al agua, y no se meta en el agua mientras lo sostiene.


  • Los bebés tampoco son capaces de regular muy bien su temperatura corporal, otra razón por la que no están listos para entrar en el agua hasta que tengan unos 6 meses de edad. Incluso en agua tibia, los bebés pueden tener problemas para mantenerse calientes, por lo que es mejor esperar hasta que sean mayores para llevarlos a nadar.


  • La exposición al sol es otro factor a considerar al prepararse para llevar a su bebé al agua. Asegúrese de ponerle suficiente protector solar, y hacer que usen un sombrero y gafas de sol para proteger sus ojos. Y esté atento a los signos de sobrecalentamiento: piel fría y húmeda; mareos; y calambres en las piernas o estómagos.


  • Si hablamos de la protección del sol, siempre debemos proteger la piel del bebé, o infante con crema protectora solar (hay que tener en cuenta que los bebés menores de 6 meses no deben aplicarse crema protectora solar, a menos que sea orgánica, y el producto así lo indique), como también utilizar a sombrilla y ropa protectora de playa para proteger de los rayos solares. También hay que tener en cuenta llevar al bebé, o infante a la playa o la piscina a una hora apropiada, donde los rayos del sol estén menos intensos, y el agua esté a buena temperatura.


  • La Cruz Roja Americana aconseja que los infantes usen una flotación personal adecuada que esté aprobada por los EE. UU. Guardia Costera cada vez que están cerca del agua, incluso en un bote.


  • En cuanto al agua de mar o el agua de piscina en la piel de un bebé, hay que tener en cuenta que algunos bebés son sensibles al cloro de las piscinas, como también hay bebés que son sensibles al salitre del agua. Lo que se recomienda es que se moje al bebé hasta la cintura. De no ver ninguna reacción en la piel, entonces el bebé no sufre de ninguna sensibilidad.


Si estás usando una piscina en casa:

  • Drene las piscinas inflables o de plástico después de su uso y guárdelas en posición vertical.


  • Si tiene una piscina permanente, enciérrela completamente con una valla de al menos 4 pies de altura, aunque es preferible 5 pies. Cierre la puerta después de cada uso con un pestillo al que su cría no pueda alcanzar.


  • Es muy poco probable que su bebé se enferme por tragar un poco de agua de la piscina, pero asegúrese de que cualquier dispositivo que dispense cloro se mantenga fuera del alcance para que su bebé no ingiera o inhale cloro accidentalmente.



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