¿Cuándo comienzan a sentarse los bebés?

Los bebés generalmente comienzan a sentarse con apoyo alrededor de los 4 a 6 meses de edad y a menudo pueden sentarse de forma independiente durante los 7 a 9 meses. Cada bebé se desarrolla a su propio ritmo, por lo que hay un rango de normalidad para cuando comienzan a sentarse.

Sentarse de forma independiente, o con un apoyo mínimo, antes de introducir sólidos es crucial para la seguridad y el éxito de los bebés en la alimentación. Les permite mantener una postura estable y erguida, lo cual es esencial para una deglución segura y una coordinación efectiva de los movimientos de la boca y las manos durante la alimentación.

Antes de sentarse, el aprender a voltearse es un paso importante para luego aprender a sentarse. No hay que forzar al bebé a voltearse, pero se pueden buscar oportunidades, como el “tummy time” o posición de barriga, para que el bebé intente moverse lateralmente.

Eventualmente, el bebé aprende a utilizar estas habilidades para aprender a sentarse

4-6 meses: Los bebés pueden comenzar a sentarse con apoyo, como apoyarse en un cojín o tener a alguien que los sostenga. También es probable que puedan mantener la cabeza firme sin apoyo a esta edad.

6-9 meses: Los bebés a menudo comienzan a sentarse de forma independiente durante períodos cortos a medida que construyen la fuerza y la coordinación necesarias. También pueden ser capaces de ponerse en una posición sentada.

9 meses: Muchos bebés pueden sentarse sin ayuda durante períodos más largos, y algunos pueden ponerse en una posición sentada sin ayuda.

Hay que tener en cuenta que aquellos bebés que padecieron o tienen problemas de salud por ser prematuros pueden sentarse más tarde que sus compañeros. Aprender a sentarse es uno de los primeros hitos o logros del desarrollo que cumplen los bebés prematuros. La mayoría de los bebés prematuros pueden sentarse brevemente alrededor de los 6 meses, y se sientan bien a los 9 meses.

Seguridad y deglución:

• Cuando los bebés se sientan sin encorvarse o inclinarse, tienen un mejor control sobre la cabeza y el cuello, lo cual es vital para una deglución segura.

• Una postura erguida ayuda a evitar que los alimentos se alojen en la garganta, reduciendo el riesgo de asfixia.

• Sentarse correctamente permite al bebé concentrarse en masticar y tragar, sin el desafío adicional de controlar la posición de su cuerpo.

Desarrollo de las habilidades de alimentación:

• Estar erguido permite a los bebés aprender y practicar habilidades de alimentación importantes, como alcanzar, agarrar y llevar comida a la boca.

• También proporciona una base estable para desarrollar habilidades motoras finas, como usar sus manos y dedos para manipular los alimentos.

• El posicionamiento adecuado ayuda a los bebés a aprender a coordinar los movimientos de su boca y lengua, que son esenciales para masticar y tragar diferentes texturas y sabores.

Interacción social y aprendizaje:

• Estar sentado con un cuidador durante las comidas fomenta la interacción social y ayuda a los bebés a aprender observando las expresiones faciales, los movimientos de las manos y el lenguaje corporal.

• Este aprendizaje social también les ayuda a entender las señales relacionadas con el hambre y la plenitud, así como los modales básicos en la mesa.

Estabilidad de construcción y fuerza del núcleo:

• La sesión no asistida fortalece los músculos centrales del cuerpo y mejora la estabilidad, lo cual es crucial para desarrollar otras habilidades motoras como gatear y caminar.

• Una base estable de apoyo permite a los bebés concentrarse en el proceso de aprender a comer sin tener que preocuparse por mantener su equilibrio.

En resumen, aunque la edad de 6 meses a menudo se cita como el momento recomendado para comenzar los sólidos, esperar hasta que un bebé pueda sentarse de forma independiente o con un apoyo mínimo es un factor clave para garantizar una transición segura y exitosa a los alimentos sólidos.

Si le preocupa el desarrollo de su bebé, siempre es una buena idea hablar con su médico o proveedor de atención médica.

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Referencias:

Gould, J. F., Fuss, B. G., Roberts, R. M., Collins, C. T., & Makrides, M. (2021). Consequences of using chronological age versus corrected age when testing cognitive and motor development in infancy and intelligence quotient at school age for children born preterm. PloS one, 16(9), e0256824. https://doi.org/10.1371/journal.pone.0256824

Morsan, V., Fantoni, C., & Tallandini, M. A. (2018). Age correction in cognitive, linguistic, and motor domains for infants born preterm: an analysis of the Bayley Scales of Infant and Toddler Development, Third Edition developmental patterns. Developmental medicine and child neurology, 60(8), 820–825. https://doi.org/10.1111/dmcn.13735

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