La pareja lactante se beneficia de estar en contacto inmediatamente después del nacimiento. Esto es lo que se conoce como “La hora de oro”. Las investigaciones realizadas una o dos horas después del nacimiento muestran que este es un buen momento para comenzar la relación íntima con el recién nacido que amamanta.
Los estudios muestran que un recién nacido que amamanta, y que tiene un contacto temprano, aprende a agarrarse al pecho más eficientemente que los bebés que son separados por una o dos horas después del nacimiento.
La hora de oro es un momento en el que el bebé estará en un estado de alerta tranquilo (el estado de comportamiento óptimo para interactuar). En estas primeras horas el bebé tiene los ojos bien abiertos, está atento, y busca otro par de ojos, y el pecho.
Se ha demostrado que los bebés que se colocan sobre el abdomen, hacen movimientos de gateo hacia el pecho, llegando hasta el pecho con una ayuda mínima.
Una vez nace el bebé, se recomienda que coloque al bebé sobre su pecho, barriga con barriga, barbilla tocando el pecho, piel con piel. Se puede cubrir al bebé con una sábana, mientras el calor del cuerpo de la lactante lo mantendrá calientito, mejor que cualquier equipo hospitalario elaborado.
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