La epinefrina es segregada por las glándulas adrenales, que se encuentran sobre los riñones, en respuesta al estrés en situaciones de miedo, ansiedad, hambre, frio, o excitación.
Durante el parto temprano, la epinefrina inhibe la producción de oxitocina, haciendo que el parto sea más lento. Esto hace sentido, ya que va preparando a la embarazada para que busque y llegue al lugar apropiado para su parto.
Durante el parto activo la epinefrina actúa de forma diferente, dándole energía y alertes a la persona parturienta. Esta notará la boca seca y la respiración más lenta y profunda. En este momento la epinefrina causa contracciones más fuertes, las cuales ayudan a que el bebé nazca más rápida y fácilmente.
Luego del parto, los niveles de epinefrina disminuyen…esto causa que la persona sienta frio y temblores como consecuencia. Esto ayuda a que aumenten los niveles de oxitocina, y el útero se contraiga, previniendo así la hemorragia posparto.
En el bebé, la epinefrina ayuda a que el bebé esté alerta en el momento del primer contacto visual con su mamá o criador, ayudando así a los enlaces afectivos.
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