La parálisis de Bell (Bell’s palsy) es una parálisis facial temporera en el embarazo o posparto
- Carmen Cabrer, IBCLC, IYCFS, CLAAS, Educador Prenatal, Doula

- Oct 29
- 5 min read
Updated: Oct 30

La parálisis de Bell (Bell’s palsy) es una parálisis facial temporal que ocurre con más frecuencia en embarazadas, particularmente en el tercer trimestre e inmediatamente después del parto. Si bien la causa exacta a menudo se desconoce, se cree que una combinación de cambios fisiológicos asociados con el embarazo aumenta el riesgo.
Las embarazadas tienen un mayor riesgo de desarrollar parálisis de Bell (la forma más común de parálisis facial) que las personas que no están embarazadas. La mayoría de los casos de parálisis de Bell en el embarazo ocurren durante el tercer trimestre o dentro de los siete días posteriores al parto. Las afectadas a menudo son dadas de alta con muy pocos consejos, y luchan por acceder a la atención médica especializada de seguimiento cuando están en su punto más vulnerable. Según una encuesta, más de la mitad de las personas con parálisis facial experimentan ansiedad y/o depresión como resultado directo de la condición.
Factores de riesgo y posibles causas:
Cambios hormonales: Los cambios hormonales significativos durante y después del embarazo, especialmente los niveles fluctuantes de estrógeno y progesterona, pueden contribuir a la retención de líquidos en el cuerpo.
Aumento de la retención de líquidos: Este edema puede ejercer presión sobre el nervio facial (el séptimo nervio craneal) a medida que pasa a través de un canal óseo estrecho en el cráneo, causando inflamación y deteriorando la función nerviosa.
Infecciones virales: Los cambios hormonales también causan un debilitamiento temporal del sistema inmunológico. Esto puede conducir a la reactivación de ciertos virus, como el virus del herpes simple, que puede desencadenar la inflamación nerviosa.
Condiciones subyacentes: La parálisis de Bell al final del embarazo también se ha relacionado con la preeclampsia, una condición caracterizada por la presión arterial alta.
Síntomas:
Los síntomas de la parálisis de Bell posparto pueden aparecer repentinamente y, por lo general, empeoran en 48 horas. Incluyen:
Debilidad repentina o parálisis en un lado de la cara.
Una boca caída y una frente suave en el lado afectado.
Dificultad para cerrar el ojo, levantar una ceja o sonreír.
Sentido del gusto alterado.
Mayor sensibilidad al sonido en el oído afectado.
Dolor alrededor de la mandíbula o detrás de la oreja.
Diagnóstico y tratamiento:
Un médico diagnosticará la parálisis de Bell examinando la cara y observando la parálisis característica de los músculos faciales superiores e inferiores. Es importante descartar otras afecciones más graves, como un derrame cerebral, que se presenta de manera diferente.
El tratamiento es más efectivo cuando comienza poco después de que comiencen los síntomas. Los enfoques comunes incluyen:
Corticoroideos orales: Los medicamentos como la prednisona a menudo se recetan para reducir la hinchazón y la inflamación nerviosa.
Protección ocular: Las gotas lubricantes para los ojos durante el día y una pomada para los ojos por la noche son fundamentales para evitar que el ojo se seque. Es posible que se necesite un parche en el ojo para prevenir el daño corneal.
Fisioterapia: Los ejercicios faciales pueden ayudar a fortalecer y coordinar los músculos, y la acupuntura también puede ofrecer beneficios durante la recuperación.
Pronóstico y recuperación:
La mayoría de los casos se resuelven: La mayoría de las personas con parálisis posparto de Bell experimentan una recuperación completa de la función facial en un plazo de tres a seis meses.
Recuperación más lenta: Los estudios muestran que las personas embarazadas y posparto con parálisis facial completa pueden tener una recuperación menos favorable en comparación con la población general.
Posibles complicaciones: Algunas personas pueden experimentar un período de recuperación más largo o una recuperación incompleta, lo que podría resultar en debilidad facial persistente o sincinesis (movimientos musculares faciales involuntarios).
Hay apoyo disponible: lidiar con la parálisis de Bell mientras se cuida a un recién nacido puede ser muy difícil. Los grupos de apoyo en línea conectan a las personas que han experimentado la condición durante o después del embarazo.
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Recurso: Carmen Cabrer IBCLC, IYCFS, CLAAS

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